Durante los estudios previos del terreno y del entorno nos dimos cuenta de la importancia de las serventías, así como las formas y dimensiones que éstas tomaban, no sólo en el entorno de la parcela sino en todo el barrio donde se localiza la edificación a proyectar, caminos estrechos que salvan grandes desniveles, con formas serpenteantes, que van conformando los mismos propietarios de las parcelas, adosándose a los bordes a una lado y en otro, o en algunos casos introduciéndose en ellas y partiendo las propiedades en subparcelas.
La idea de proyecto por tanto, intenta que ese concepto de serventía no se pierda, y que el peatonal en cual, el plan general de ordenación las convierte, sin apenas estudios pormenorizados de cada una de ellas, sino una simple operación de manchar las formas y secciones que ya tienen de color verde y denominarlas peatonales, se integran como premisa fundamental a la hora de desarrollar el proyecto e integrarlo como parte del mismo.
En este sentido hemos intentado que el peatonal tenga una mayor presencia en el conjunto del entorno, dándole mayor sección y un recorrido estudiado, en función del terreno existente así como las fachadas urbanas que genera en su recorrido.

Con esto, lo que se pretende es conseguir una idea potente capaz no solo de generar el espacio libre del peatonal sino la relación interior entre las viviendas y entre las viviendas y el espacio libre peatonal, que se basa en dos aspectos fundamentales, por un lado entender el peatonal con entidad propia a nivel local, que se integra con el conjunto del proyecto y no es el proyecto el que se tiene que adosar a un peatonal existente y de poca entidad, y por otro lado, que el conjunto de viviendas y espacios comunes del proyecto puedan aprovecharse de un espacio libre peatonal con una sección y entidad suficiente para permitir que estos respiren y disfruten de un espacio más público, más íntimo (serventía) y vividero y de conexión entre dos partes.

La volumetría del proyecto, dividida en tres bloques de dos plantas de altura a distintos niveles, uno en la parte noreste y separado por el espacio peatonal público, en el que se localizan dos viviendas (parcela 2), y dos bloques en la parte suroeste, divididos por un espacio libre peatonal como si se tratará de otra serventía más, de acceso a espacios privados, en el que se desarrollan 14 viviendas (parcela 1).
Al mismo tiempo las fachadas se han tratado de manera diferente, teniendo no sólo en cuenta el soleamiento, sino el espacio al que dan frente, diferenciando la fachada a la carretera general, “dura y fría” y las fachadas a los espacios peatonales, “ligera y cálida”.